Page 11 - Gaceta Agosto - Septiembre 2024
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APROVECHAMIENTO DE LA IA, NO CONDENARLA,
SE NECESITA LEGISLACIÓN.
AUTORA: Elvira Zayas Guerra
Docente UEEM, Plantel Veracruz.
¿Pueden pensar las máquinas?
¿Ayudarnos en nuestros días acortados en tiempo?
La primera interrogante se atribuye al matemático Alan Turing en 1950, con lo
que sentaría las bases de la inteligencia artificial en su artículo “Test de
Turing”; la segunda interrogante nos la cuestionamos todos en el ánimo de la
productividad con que buscamos cumplir día a día nuestras tareas asignadas
en una parte de la historia humana, donde el tiempo, se acorta cada vez más
como consecuencia de las afectaciones a nuestro planeta impactando en su
eje de rotación.
Las circunstancias están dadas
De acuerdo al informe del Digital Report 2024 el número de usuarios de
internet en el mundo alcanzó los 5.350 millones de personas, lo que represen-
ta al 66,2% de la población mundial., y la cifra seguirá en aumento. Por otro
parte los grupos legislativos en varios países están buscando disminuir las
jornadas laborales ya en Alemania, Colombia, Japón, México, Chile, entre
otros más. Así que nos estamos rediseñando en un entorno que nos demanda
sacar el mayor provecho a nuestro tiempo de vida, con mayor productividad,
haciendo más con menos.
Más allá que facilitar cálculos en poco tiempo, es inteligencia artificial.
Operaciones y cálculos en menor tiempo constituyeron la función principal de
las computadoras en los años 30`s del siglo pasado, cuando se planeaba
crear un dispositivo que pudiera recibir, almacenar, procesar información y
generar resultados o respuestas.
En 1955 el matemático John McCarthy acuñó por primera vez el término
inteligencia artificial (IA). Actualmente se entiende por inteligencia artificial
(IA) a una rama de la ciencia informática que tiene como objetivo diseñar
tecnología que emule la inteligencia humana. Esto significa que, mediante la
creación de algoritmos y sistemas especializados, las máquinas pueden llevar
a cabo procesos propios de la inteligencia humana, como aprender, razonar o
autocorregirse y nos siga conduciendo a ahorrar más tiempo en nuestras
actividades diarias.
La IA no busca reemplazar a los humanos, sino contribuir al desarrollo
de sus capacidades y contribuciones.
La manera en que opera una solución de IA varía en función de sus objetivos
y aplicaciones. No obstante, todos los sistemas de inteligencia artificial tienen
un factor en común: el manejo de datos. Así que el estado actual de la inteli-
gencia artificial se caracteriza por la búsqueda de soluciones cada vez más
cercanas a la inteligencia humana.
Enfoques, cualidades y contribución de la IA
Stuart Russell y Peter Norvig publicaron el libro «Artificial Intelligence: A
Modern Approach» en 2009. En su opinión, cuatro enfoques distintos han
definido históricamente el campo de la inteligencia artificial: el pensamiento
humano, el pensamiento racional, la acción humana y la acción racional.
Estos enfoques tienen tres cualidades que constituyen la esencia de la inteli-
gencia artificial: intencionalidad, inteligencia y adaptabilidad.
La inteligencia artificial está buscando contribuir a facilitar procesos, servicios,
contenidos, cálculos y más aspectos del desempeño diario, el reto en su
configuración es integrarla en nuestras actividades cuidando ese balance
entre el plano de lo puramente tecnológico, algorítmico y la colaboración
humana que es insustituible.
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